por: Oliver E. López
Ya vestí de negro las lágrimas que flotan
después de cada tarde
alrededor de mi consciencia.
Relámpagos que como beso posan,
que como beso tejen
que como guiño mienten.
Ya dejé sobre la mesa las últimas sonrisas
que quedaron congeladas,
los tragos de ilusión
el primer latido.
Desvisto el baile de tus sueños amar no es verbo
sino árboles fundidos en la noche.
Ya vestí de negro las flores amar no es verbo
sino erre que sobra
al final de la palabra.
Ya vestí de gala las palabras
porque no se mueren cuando dicen lo que sienten
dile una mentira al viento
y será un suspiro de esperanza,
luto eterno
como olas que refrescan la presencia.
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