enero 26, 2007

A PROBARME LOS TRAJES QUE NUNCA SERÉ

He aquí algunas versiones del mismo mono...






En un alucín con la Musikera







Bebiendo leche-droga con los ultraviolentos drogos en la versión de Alex de Clockwokorange a la Stanley Kubrick.







De anorexica






De manzanita





De Punk





De Punk





Antes de ser llevado a la comisaría, quién sabe por qué.




De BlueRanger




De autostop por todo México

enero 18, 2007

PASIÓN MORONGA: EL GORE Y OTROS EMBARRES.

De los mejores ensayistas que ha dado el siglo XXI, (de las mejores teclas) con mucha herencia, poco plagio, algún parecido. Nada cierto, sólo unas cuantas netas del Maesse. Una aterradora crónica no por sus topicos, sino por sus topos, aquellos lugares que crean o contribuyen a una semántica de lo contemporáneo, del arte de hoy, del Arte. Y basta ya de frasesucas rucas, y vamos a leer al master todos al unisono. -O.E.L.


PASIÓN MORONGA: EL GORE Y OTROS EMBARRES.
Por: Oscar Edgar López


En un tiempo en el que se prefiere tasajear el cuerpo para venerarlo y en donde paradójicamente se le atiborra de químicos, alteraciones quirúrgicas, modificaciones genéticas, atribuciones metafísicas; y en un lugar donde lo mismo se muere de hambre por vanidad que por destrucción étnica, la semántica de los decorados corporales se traslada, se populariza y se malbarata. Quien habla del humor como la contemplación mórbida de las desgracias de los otros para entender la desgracia propia, acierta en la medida en que la historia de la humanidad y por tanto del arte se lo comprueba. La expectación del dolor de los oprimidos supone la grandiosidad de un imperio, por eso era tan divertido ver las suertes homicidas en los teatros romanos y por eso los asesinos seriales (muy populares en EUA)se elevan a parnasos ilustres, así mismo la utilización de minorías como carne de cañón en los conflictos bélicos; pero también los faltos de fuerza resguardan su debilidad, la llenan de un vigor lacerante apoyados en la contemplación de la muerte llana.

Pero al ser humano le encanta curiosear con las posibilidades y limitaciones del contenedor blando que lo mueve de un lugar a otro, que le estorba, que lo encadena a la finitud de su existencia, siempre oprimido por su carne, por sus limites, siempre tratando de sustituir, de prolongar, de fortalecer. Nos atrae la sangre esparcida, las viseras, el contenido tangible de la primigenia experiencia de lo humano: el cuerpo. En la medida que observamos con veleidad el descuartizamiento, la crueldad como una broma absurda, se descarga la ira, la frustración, y el terror viene al comprobar que esos muertos están conformados bajo la misma materia y funcionalidad que los nuestros.

El mito del cine Snuff , la creciente demanda de películas donde el protagonista es el madrazo pleno, el éxito de programas de televisión que muestran las hazañas, no del puñado de idiotas que los conducen, sino de sus cuerpos como campos de experimentación, las posturas estéticas de artistas como Stelarc acerca de la evolución androide de la humanidad, el negocio de la guerra en video, la oferta de documentales que exhiben la devastación de fenómenos naturales, etc. En todo lo anterior se comprueba y se sigue la pista del que aún se considera subgénero del terror: el gore, (que en mexicano viene a ser lo mismo que la moronga: sangre coagulada).

El gore encuentra antecedentes en el teatro bizarro conocido como el Gran Guignol francés, fundado en 1870 (y que funcionó hasta 1962) por Óscar Méteniér, con antecedentes literarios desde el Marques de Sade hasta Zola. En el espectáculo del francés se montaban varias obras cortas en una misma función. Los asistentes pasaban por la risa, el lagrimón y el terror más puro, ese que hace que los esfínteres se aprieten, pues a parte del decorado del teatro con motivos góticos, sobre el escenario se representaban mutilaciones, castigos y perversidades de todo tipo que satisfacían al publico curioso.

Fue hasta 1963 que el gore nació como posibilidad artística, con la aparición de Blood feast de Herschell Gordon Lewis, antes director de cine porno y que en ésta como en posteriores, pero menos míticas, películas combina el despapaye del cine genital con un rociadero loco de sangre, pues es característica del gore darle más importancia a la carnicería que a la narrativa. Por supuesto esto no es general, pues George A. Romero con la otra mítica cinta La noche de los muertos vivientes de 1969, demostró que las posibilidades eran más que mostrar amasijos de carne y sangre, la filmación posee una pesada crítica a los problemas mundiales del momento; después Romero se dejo abatir por la industria de lo fácil y el subgénero que ayudó a crear (el de zombies) lo jodió al convertirse en un realizador comercial y políticamente correcto. Luego la decadencia del gore comienza cuando se descubre que su impacto amarillista es de lo más rentable en materia de negocios y se producen bodrios sin trascendencia, salvo excepciones como lo hecho por los italianos Dario Argento y Lucio Fulci (este último con una secuela de zombies tan mala que es buenísima), decadencia que se extiende hasta los años ochenta.

En la década siguiente se comienzan a escuchar rumores de la circulación de videos reales donde se muestra el desmembramiento progresivo de personas comunes. Se habla de asesinatos reales filmados, lo que se conoce como cine Snuff, nombre con el que se estrenó en 1973 la cinta filmada, escrita y producida por Michael y Roberta Findlay donde al argumento débil se le añadió una parte de tortura y mutilación simulados. Otro escándalo se presentó en los años noventa cuando el japonés Hideshi Hino, historietista y realizador dio a conocer su saga Guinea Pig, donde en una de las películas, Flor de carne y sangre, la mutilación y el castigo a una joven se filman sin cortes y con la saña acecina de un supuesto samurai. Por supuesto se comprobó que las secuencias eran puro truco, pero el mito de las originales Snuff sigue creciendo. Y ni tan mito, pues en cualquier puesto pirata encontramos la serie Trauma para todos aquellos que gustan de videos de castigo, mutilación, homicidio, incineración, suicidio etc. etc. Hasta el video de la horca de Hussein podría ser Snuff.
El gore no se quedó en el cine, se ha extendido a otras disciplinas, sobre todo a las llamadas artes alternativas, el comic oriental tiene mucho de gore, y en música existen grupos como Caníbal Corpse con una extensa discografía de un rock tétrico, paranoide; las portadas de sus discos hablan perfectamente de la estética del grupo, descuartizadero al por mayor.

En México existen contadas películas gore, las hay muchas con escenas de sangre, pero que no enmarcan dentro de la clasificación. Santa Sangre (1989) de Alejandro Jordorowsky es considerada gore, pero esto es más falta de conocimiento de la obra del chileno que un juicio acertado.

El gore ha dado muchísimas producciones más, y lejos de la mala popularidad que se ha ganado sigue teniendo la impronta de la necesidad humana del morbo y no se nos negará que es tan valido como el cine de lloriqueos y el de la risa suelta.

enero 16, 2007

RAY CAESAR

Es un artista nacido en Londres, Inglaterra, en 1958. Sus imágenes son enteramente hechas digitalmente. Todo, las texturas de la tela, de las paredes, de los cielos, los cabellos, todo son procesos digitales. No hay absolutamente nada pintado o dibujado. Solamente las figuras las hace primero en plastilina, totalmente tridimensionales, y luego les toma fotos digitales desde varios ángulos y con varias fuentes de luz, hasta lograr la "pose" que desea. Luego mete las imágenes seleccionadas a la computadora...y tras un largo y meticuloso proceso, sale lo que verán a continuación...


Precious

Cástor

Pólux

Golden Words

Sleeping by day

Blessed

Roundabout

Sweet Victory