enero 15, 2008

UNA DEDICADA

Va esta letra de Rockgrigo González, que no esta demás dedicarla a toda esa banda que forman y conforman los indeseables, los culos, los gachos, los que no nos quieren, en fin, va para ellos.





Me acusaste de ratero

De adicto y de trisexual

De traficante y culero

De ojete trasnacional

De pinche rocanrrolero

También de aborto social



Dijiste que estaba loco

Que no sabia que querer

Que mi cerebro era un moco

Que no había nada que entender

Que queriendo poco a poco

Muy gacha me la ibas a hacer



A ver cuando vas

A la casa a cagar

A ver si tus celos y envidias

Puedes desafanar

A ver cuando vas

A la casa a cagar

A ver si tus pedos y roña

Puedes ahí guacarear



Dijiste que estaba enfermo

Y lleno de falsedad

Que con mis rolas yo mermo

A gente de toda edad

Y tus palabras brillaban

Brillaban de mezquindad



Me acusaste de egoísta

De retrazado mental

Que parecía comunista

Que olía como un animal

Y también de fetichista

De alcohólico y barbajan



Y si acaso fuera cierto

Que te debe de importar

Si la envidia fuera tiña

No sabrías dónde rascar

Mas mugre tipo mezquino

Necesitas guacarear



Es por eso que te digo que:

A ver cuando vas

A la casa a cagar

A ver si tus celos y envidias

Puedes desafanar

A ver cuando vas

A la casa a cagar

A ver si tus celos y envidias

Puedes ahí Vomitar

Puedes ahi vomitar

Puedes ahi guacarear.

enero 10, 2008

POR QUÉ NO PERSPECTIVISTAS

POR QUÉ NO PERSPECTIVISTAS
La objetividad de lo subjetivo
Oliver E. López

Estaba lavando mis pantaloncitos, mientras reflexionaba sobre algo que ya sabía pero que no tenía muy en claro: que no se necesita de la gran ciencia ni de la más pulida inteligencia para poder hacer una crítica ya sea de un libro o de una película, basta con opinar y decir lo que se piensa, sin seguir ningún teorema, esquema o metodología. Que la cinematografía es para los que hacen cine desde la academia y la teoría literaria es como explicar los trucos del mago, convertir la magia y el misterio en ilusiones ópticas y luego esas ilusiones explicarlas desde la física. No falta quien opte por esta vía para poder dárselas de excepcionales, o sentirse de una raza selecta de personas, aquellos que saben la química botánica retórica, retórica botánica y sistema decimal. Optemos por la objetividad de lo subjetivo, después de todo no es más que opinión y “me parece” que la subjetividad de la opinión es hasta cierto punto esencial cuando se trata de disertar y en la disertación nos entendemos. Dejemos la objetividad a secas no a la física sino a los cuadrados físicos, o a la matemática con la que no se puede contar una película o una novela, ni hablar de poesía. El problema de tal afirmación es: ¿entonces todo vale? ¿todo esta permitido? Por supuesto que no, si hablamos de la objetividad de lo subjetivo es necesario que dejemos ver que hay algo que no es cambiante y que es precisamente la validez de la opinión.


Esto me vino a la mente recordando las críticas que he leído o escuchado sobre algunas obras de las cuales se tiene una opinión propia, después, conociendo la visión u opinión de otras personas sobre la misma obra, se encuentra el sinfín de verdades. Por ejemplo, el caso de la periodista Lydia Cacho, hay personas que consideran tanto su obra literaria como su acción social como algo verdaderamente valorable, digno de apoyar y tener muy en cuenta, por otro lado, he leído críticas de quien la quiere mandar de nuevo a la escuela elemental, para que aprenda a escribir mejor y a entender la naturaleza humana. De igual forma pasa con la película ¿Y tú cuánto cuestas? Considerada por unos como un documental apantalla-pubertos que muestra cosas disparatadas sin ninguna conexión narrativa, de baja calidad y peor contenido, otros, la ven como película de culto, digna de todo mexicano que se respete, pues ahí se muestra la verdad de muchas de las cosas que suceden con México y los mexicanos, etc. Hay que sumar el caso López Obrador, por demás ejemplar, algunos de los que ven el documental Fraude, México 2006 terminan diciendo, es cierto, la política mexicana es una mierda y lo ha sido desde siempre, basta leer la historia. Están los otros, los que dicen que es el compló del compló, es decir, la mitología creada por un líder mesiánico necesaria para confabular un Estado totalitario con todo y sus síndromes sumada a una bola de creyentes y dogmáticos que conforman la mayoría de un país. Habrá más variantes de estos casos por supuesto que sí, pero sólo trato de mencionar los casos extremos.


Y qué decir de la película La brújula dorada que gracias a ser condenada por el Vaticano en el 2007 (véase la editorial del periódico l'Osservatore Romano publicado por el Vaticano) ha sido considerada como anticristiana y promoviendo un mundo frío y sin la esperanza de Dios. Pero está la otra parte, quienes consideran esta película como un excelente ejemplo para la física cuántica, pues nos nuestra la posibilidad de los mundos alternos y la capacidad de las partículas de ocupar múltiples espacios a la vez, cosa ya por demás demostrada por la mecánica cuántica. Claro que quien ve la película de buenas a primeras lo único que ve es una “caricatura” extremadamente fantástica, pero hay que considerar que no es más que otra vil adaptación más de una obra literaria, Luces del norte, el primer libro de la saga fantástica de La materia oscura, escrito por Philip Pullman y publicado en 1995, ese es el fondo de las polémicas, la película es sólo para comer palomitas. No debe faltar la figura del Ché Guevara, igual de opuestas las opiniones en torno al héroe este. Afortunadamente cada vez hay más personas que se inclinan por las observaciones que hizo el periodista coahuilense Rogelio Villarreal que dice, entre otras cosas, que la historia del Che es una cruel paradoja de la Historia. La imagen misma de la libertad, el orgullo, la templanza revolucionaria, nada menos que la del prototipo del Hombre Nuevo, es la de un hombre que en la realidad fue un cruel idealista, pero también un autoritario, un macho homofóbico, asmático y vanidoso, enamorado de su imagen y sus palabras, aún así, dice el coahuilense, renace para seguir cautivando a nuevas generaciones de incautos e ignorantes de su patética historia.

Pues sí “hay de opiniones a opiniones” más aún, opiniones de las opiniones. Esa es la objetividad de la “libre expresión”, que será siempre de sujetos y por tanto subjetiva. En este mar de puntos de vista, ¿qué nos queda decir? O ¿cuál es tu opinión? ¿qué postura tomar? ¿cuál es la verdad? Difícil cuando se tiene tanto, por algo decía el buen Lichtemberg que la mucha lectura sólo sirve para no pensar. Habrá quien piense lo contrario de todo lo que estoy diciendo, entonces será cierto. Optemos pues por el perspectivismo, aceptémoslo y en ello encontremos puntos en común, de los contrario seguirán destruyéndonos las ideologías políticas y religiosas.