febrero 09, 2016

EL DERECHO Y LA INJUSTICIA (Gerardo Laveaga)

Por: Oliver Eduardo López Martínez

Fue Mario Vargas Llosa quien escribió en La verdad de las mentiras que el Santo Oficio, específicamente los inquisidores españoles, fueron los primeros en entender la naturaleza de la ficción y sus propensiones sediciosas. Pues mantuvieron prohibida la lectura de novelas en la Nueva España hasta 1816, durante trescientos años la lectura de ficción fue cosa de contrabando y clandestinidad. La necesidad de recordar a Vargas Llosa es por el asunto de que la novela así como miente muestra una verdad, como ficción toca, y quizá, trastoca la realidad. Por mucha ficción que se escribiera en los siglos XVI y XVII su lectura era prohibida en América.

Para nuestros días la ficción sigue mintiendo como siempre y sigue develando como siempre una realidad, por no decir una verdad o por decir de la verdad como adecuación. En otras palabras, por medio de la ficción contrastamos nuestra cotidianidad y viceversa. Vargas Llosa dice que las novelas mienten pero que expresan una curiosa verdad, la verdad de las mentiras y es la novela de Gerardo Laveaga Justicia que expresa mentirosamente un fragmento de nuestra cotidianidad.


Gerardo Laveaga escritor mexicano que combina con maestría la verdad de las mentiras, en su novela Justicia de 2012, nos devela y revela que la Justicia y el Derecho son dos cosas que en muchas ocasiones aparecen juntas pero que finalmente nada tienen que ver. De alguna manera el teórico austriaco del derecho Hans Kelsen nos advierte que a la pregunta ¿qué es la justicia? No tiene respuesta definitiva, Gerardo Laveaga nos hace ver en su novela que el Derecho no tiene nada que ver con la Justicia.
Novela entrelazada en tres voces, 1ª, 2ª Y 3ª personas,  y las vivencias  de una estudiante de derecho, un taxista y algunos magistrados de la Suprema Corte, Justicia aterriza el ejercicio del Derecho como una profesión más, igual de digna y desidealizada como la de un chofer de taxi: “lo llevamos a donde el cliente pida y pueda pagar”. El Derecho en México como una forma de enriquecerse, nada más:

Dispositivos legales cuya existencia no creería un abogado de Francia o Alemania: la apelación, la denegada apelación, la queja, la reposición, el amparo, el amparo en revisión… Aprendiste que, dentro de un juicio, un abogado diestro puede provocar muchos pequeños juicios y conseguir que el problema principal no se resuelva nunca, cuando así convenga a su cliente. El litigio puede ser un modo de enriquecerse a costa de clientes incautos.



Y entonces las páginas de Justicia, en la narrativa de Gerardo Laveaga, más que encaminarnos a una reflexión sobre la Justicia y el Derecho, nos hace pensar en la relación que tiene la Injusticia con los abogados. Si bien no alcanzamos a definir lo que significa la Justicia sí podemos entender que la Injusticia está estrechamente relacionada con el ejercicio de los abogados mexicanos y las leyes que los amparan. Así la ética del abogado se relaciona con las reglas del juicio y la interpretación de las leyes que haga y no con la Justicia o la moralidad de los asuntos. Finalmente la novela Justicia es el desencanto de una estudiante de derecho, advierte que “El derecho no puede cambiar al mundo, ni garantizar que éste funcione a la perfección”. Afirmación que oscila entre la verdad y la mentira.