febrero 19, 2009

Humus ore mordere

Oliver E. López




Reduplicación
del estar al borde insólito
de la amnesia compaginada
en el marcar y marcar
los decires del peso a cuestas.

Ambulancias de paso por las esporas de la piel,
sábia y sangre rematan en élan vital,
revelan sus secretos a la par,
se dicen bajo el sol y brisa de invierno
lo solos que han quedado y lo mucho
que pasaran el tiempo
a la espera no de crecer,
sino de años aferrados a la tierra.

A veces son hojas o ramas,
otras tantas, bocas
recortes infinitos de fornicio.
Se llaman al reposo y síntesis
en lodo y mar,
insectos de éter.

Pero lo inasible
son las horas,
segundo de días
en esa caricia de silencio,
nada nos perturbe ahora,
las atrocidades del diálogo socrático son caducas
y en su nombre se ha plantado
una estética de lo profano milagroso.
A callar que el lenguaje es otro.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este es el mas hermoso de todos