septiembre 10, 2006

Santo Tomás de Aquino y las cinco pruebas de la existencia de Dios

Texto y fotografías: Oliver E. López


Para probar la existencia de alguna cosa, es preciso tomar como medio “lo que su nombre significa” y no “lo que es”, ya que antes de preguntar “qué es” una cosa, primero hay que averiguar “si existe”

-Santo Tomás de Aquino-. Suma Theologica


¿Cuál verdad más obvia, más indudable que la del ser de un Dios, admitida por épocas más ignorantes, verdad por la que los genios más finos han pugnado ambiciosamente por producir nuevas pruebas y argumentos? ¿Cuál verdad más importante que ésta, que es el sostén de nuestros anhelos, el más seguro cimiento de la moral, el más firme apoyo de la sociedad y el único principio que, ni por momento debe estar ausente de nuestros pensamientos y meditaciones?

-David Hume-. Diálogos sobre religión natural

1.- Santo Tomás de Aquino

y las cinco pruebas de la existencia de Dios

Sobre la vida de este santo coincido con lo que dice Copleston[1], que no hay mucho que decir sobre la vida de Tomás, puesto que es demasiado monótona salvo ciertos acontecimientos que son opacados por su pensamiento, éste ha sido mucho más importante, más discutido, más defendido y comentado que su propia vida

Mencionaremos sin embargo algunos datos de su vida que deben ser tomados en cuenta, como por ejemplo que Santo Tomás de Aquino nace en el castillo de Rocassecca a finales del año de 1224, hijo del conde Landulfo de Aquino emparentado con la familia imperial de Hohenstaufen.[2]

A los cinco años fue entregado al cercano monasterio de Montecassino, para que los monjes cistircences se ocuparan de su educación, y posteriormente, muy joven todavía, se trasladó a la universidad de Nápoles, donde estudió artes liberales. Con 17 años de edad entró en la orden de los dominicos, quines le enviaron a París para que completara perfeccionara estudios. Allí conoció a San Alberto Magno, que se convirtió en su maestro, primero en ésta ciudad y, más tarde, en Colonia, donde pasó cuatro años.[3]

En 1252 Tomás vuelve a París y comienza su carrera docente como profesor de teología, actividad a la que se dedica con una entrega total. Pasa después una larga temporada en Italia, y allí ejerce durante algún tiempo como teólogo de la curia papal en Orvieto, antes de regresar a París para una segunda etapa de profesor en esta ciudad, del año 1269 a 1272.

Sus suscriptores le enviaron entonces a Nápoles, para que fundara un estudio general de teología para la orden de los dominicos; allí le llegó la convocatoria del Papa para que asistiera como teólogo al concilio de Lyón. De camino hacía allí, murió en el monasterio de Fossanova el año 1274, a los cincuenta años de edad[4]

1.2.- La Suma Theologica

Este texto está dividido en tres partes: la primera es la que trata de las pruebas de la existencia de Dios, además sobre la esencia divina y de la Santísima Trinidad. La segunda parte trata del movimiento hacia Dios de las criaturas dotadas de razón (de la ética y la moral) y lo que pudo haber sido la tercera parte —ésta quedó inconclusa a la muerte del santo—trataría de Cristo, aquel salvador de la humanidad.

Como ya se sabe, la que nos interesa es la primera parte en la que muestra las pruebas de la existencia de Dios.

Como el estudioso medieval que era Santo Tomás, estaba lleno de un alto grado de espiritualidad y fe cristiana, a la vez tenía en sus manos toda una tradición de paganismo encabezado por Platón, Aristóteles y sus comentadores. Debido a ello, la fe no era suficiente para satisfacer sus necesidades intelectuales, pues tenía que “demostrar” sus convicciones y sus creencias apoyado en la razón, al respecto dice Copleston: Santo Tomás era ya cristiano antes de ser metafísico. Y no llegó a creer en Dios simplemente como resultado de sus propios argumentos metafísicos: ya antes creía en una realidad última concebida como poseedora de los atributos que los cristianos adscriben a Dios[5]. A Santo Tomás, no le bastaba la fe, o más bien quiso siempre entrar en el juego de la filosofía siguiendo a sus maestros: demostrar las cosas por medio de la razón. Esto se puede entender así, demostrar las cosas con hechos, con evidencias a la vista de cualquier mortal, que la razón que es universal y para todos, sea la que hable y que la fe sea depositaria. El gran argumento medieval.

La primera cuestión que se plantea, es acerca de “si la existencia de Dios es verdad inmediata.” El ejercicio que va desarrollando a lo largo del texto es el siguiente: presenta la discusión, argumentos a favor, luego argumentos en contra y finalmente respuestas, no siempre en este orden.

Lo que le preocupaba a Santo Tomás era que Dios no era evidente por sí mismo, que tener cierto deseo nato hacia Dios (como la felicidad a la que todos de alguna manera aspiran) no quería decir que se estaba demostrando o conociendo a Dios. Conocer que alguien llega no es conocer a Pedro, aunque sea Pedro el que llega.[6]

Parte Santo Tomás negando “el argumento ontológico” de San Anselmo de Cantebury que decía que: Dios es la idea del ser, que no es posible pensar mayor, Señor, no sólo eres aquello mayor que lo cual nada puede pensarse, sino también algo mayor de lo que puede pensarse.[7] En otras palabras se trata del ser supremo, perfecto, omnipotente y omnipresente.

A esto Santo Tomás piensa que el hecho de tener una definición de Dios o acerca de Dios no quiere decir que se conozca a Dios, y como lo que esta buscando es “si la existencia de Dios en verdad inmediata” no acepta los argumentos anselmianos.

Cabe decir que Tomás nunca mencionó el nombre de San Anselmo, aunque siempre estuvo presente sobre la mesa no reconocido aquel “argumento ontológico”.[8]

La segunda cuestión que trata en ésta Suma es la de “si se puede demostrar la existencia de Dios”:

“Argumentos en contra:

Parece que la existencia de Dios no es demostrable.

1. La existencia de Dios es artículo de fe. Pero lo que es de fe no se puede demostrar porque la demostración hace ver, y la fe es de lo que no vemos, como señala el apóstol. Luego la existencia de Dios no es demostrable.

2.El medio de la demostración es la naturaleza del sujeto, o “lo que “ el sujeto es. Pero de Dios no podemos saber “lo que es”, sino más bien lo que no es, como dice el Damasceno. Luego no podemos demostrar la existencia de Dios.

3. Si demostrase que Dios existe sólo cabría hacerlo por sus efectos. Pero sus efectos no guardan proporción con Él, ya que Él es infinito y los efectos son infinitos, y entre lo finito y lo infinito no hay proporción. Si, pues, no se puede demostrar una causa por un efecto desproporcionado a ella, parece que tampoco se puede demostrar la existencia de Dios.

Argumento a favor: dice el apóstol que lo invisible de Dios se alcanza a conocer por lo que ha sido hecho.” Pero esto no sería posible si por las cosas hechas no se pudiese demostrar que Dios existe , pues lo primero que hay que averiguar acerca de una cosa es saber si existe.

B. Respuesta

Hay dos clases de demostraciones. Una llamada “propter quid” o “por lo que”, que se basa en la causa y discurre partiendo de lo que en absoluto es anterior hacia lo que es posterior. La otra, llamada “quia”, parte del efecto, y se apoya en lo que es anterior únicamente con respecto a nosotros: cuando vemos un efecto con más claridad de su causa, por el efecto venimos en conocimiento de la causa. Así, pues, partiendo de un efecto cualquiera, puede demostrarse la existencia de su causa propia (con tal de que conozcamos mejor el efecto), porque, como el efecto depende de la causa, si el efecto existe es necesario que su causa le preceda. Por consiguiente, aunque la existencia de Dios no sea verdad evidente respecto a nosotros, es, sin embargo, demostrable por los efectos que conocemos.[9]

La tercera cuestión versa llanamente sobre “si Dios existe” y dice Tomás: parece que Dios no existe.[10] En ésta cuestión es en donde introduce las pruebas o vías de la existencia de Dios. Para ello antes muestra los argumentos en contra que dicen:

Argumentos en contra: parece que Dios no existe.

1. Si de contrarios suponemos que uno sea infinito, éste anula totalmente su opuesto. Ahora bien, el nombre o termino “Dios” Significa precisamente , un bien infinito. Si pues, hubiese Dios, no habría mal alguno. Pero hallamos que en el mundo hay mal. Luego Dios no existe.

2. Lo que pueden realizar pocos principios, no lo hacen muchos. Pues en el supuesto de que Dios no exista, pueden otros principios realizar cuanto vemos en el mundo, pues las cosas naturales se reducen a su principio, que es la naturaleza, y las libres, al suyo, que es el entendimiento y la voluntad humana. Por consiguiente, no hay necesidad de recurrir a que haya Dios.9

3.- La Cinco Vías

Luego da una respuesta diciendo que: la existencia de Dios se puede demostrar por cinco vías[11] y a continuación las va presentando y explicando:

La primera y más clara se funda en el movimiento. Es innegable y consta por el testimonio de los sentidos, que en el mundo hay cosas que se mueven.

La segunda vía se basa en la causalidad eficiente, hallamos que en este mundo sensible hay un orden determinado entre las causas eficientes; pero no hallamos, ni es posible, que cosa alguna sea propia causa, pues en tal caso habría de ser anterior a sí misma, y esto es imposible.

La tercera vía considera el ser posible o contingente y el necesario. Hallamos en la naturaleza cosas que puedan existir o no existir, pues vemos seres que se producen y seres que se destruyen, y, por tanto hay posibilidad de que existan y de que no existan.

La cuarta vía considera los grados de perfección de los seres. Vemos en los seres que unos son más o menos buenos, verdaderos y nobles que otros, y lo mismo sucede con las mismas cualidades.

La quinta vía se toma del gobierno de las cosas. Vemos, en efecto, que cosas carecen de conocimiento, como los cuerpos naturales, obran por un fin, como se comprueba observando que siempre, o casi siempre, obran de la misma manera para conseguir lo que más les conviene, por donde se comprende que no van a su fin obrando al caso, sino inintencionadamente.

Hablemos ahora un poco en detalle sobre estas cinco vías.

No cabe duda de que estas pruebas tienen rasgos de empirismo sobre todo las dos primeras; están basadas en la experiencia, “ver para creer, dijo el santo”. Debido a que Tomás de Aquino en un principio rechazó la existencia de Dios como algo evidente del entendimiento humano, tuvo que servirse de “lo que es evidente”, esto es: la experiencia.

Aristóteles distingue lo que es primero “por si” o “por naturaleza” y lo que es primero “para nosotros”, esto aprendido de Santo Tomás por sus maestros comentadores lo respeta constantemente; tanto así que Dios es primero en el orden del ser, no lo es en el orden de los conocimientos humanos que empiezan por los sentidos. Por tanto, es necesaria una demostración de la existencia de Dios y debe partir de lo que es primero para nosotros, es decir de los efectos sensibles, y a de ser a posteriori (demostratio quia).

Por ello Santo Tomás rechaza el argumento de San Anselmo: aunque como ya se dijo tengamos a Dios por sobre lo cual nada puede pensarse no se deduce que exista en realidad (in rerum natura) y no sólo en el entendimiento.

Sigamos ahora con las cinco vías:

La primera es conocida como la prueba cosmológica. Ya mencionamos antes que Tomás de Aquino toma de sus maestros muchos de sus argumentos. Hay algo que también se mueve eternamente dice Aristóteles. Y como hay tres clases de seres, lo que es movido, lo que mueve, y el termino medio entre lo que es movido, lo que mueve, es un ser sin ser movido, ser eterno, esencia pura y actualidad pura.[12] Parte del principio de que todo lo que se mueve es movido por otro. Si aquello que lo mueve es movido a su vez, es preciso que también él sea movido por otro, y así sucesivamente. Pero es imposible seguir así hasta el infinito, porque entonces no habría un primer motor ni los otros moverían, como por ejemplo, la pluma no se mueve si no es movida por la mano, por tanto, es necesario llegar a un primer motor que no sea movido por nada; y todos consideran que ese primer motor es Dios. Este argumento cosmológico no fue utilizado por Aristóteles para demostrar la existencia de Dios como primer motor, sino la existencia de tantos entendimientos motores como orbitas hay en el cielo. En cambio para Tomás de Aquino es uno: Dios y sólo para él es válida la prueba.

La segunda prueba es la vía causal. Decía el filósofo: Es evidente que existe un primer principio y que no existe ni una serie infinita de causas, ni una infinidad de especies de causas. Y así, desde el punto de vista de la materia, es imposible que haya producción hasta el infinito; que la carne por ejemplo, proceda de la tierra, la tierra del aire, el aire del fuego, sin que esta cadena se acabe nunca”.[13] En la serie de causas eficientes no podemos remontarnos hasta el infinito, porque entonces no habría una causa primera, y por tanto, tampoco una causa última ni causas intermedias, entonces debe haber una causa eficiente primera, que dicen que es Dios.

La tercera vía se deduce de la relación entre lo posible y lo necesario. Las cosas posibles sólo existen en virtud de las cosas necesarias: estas tienen la causa de su necesidad o en sí o en otro. Si tienen la causa en otro, remiten a ese otro, y como no se puede suponer una cadena de causas hasta el infinito es preciso llegar a algo que sea necesario por sí y sea causa de la necesidad de lo que es necesario por otro: ese es Dios.

La cuarta vía es la de los grados. En las cosas hay más o menos verdad, más o menos bien y más o menos de todas las demás perfecciones; por tanto, también debe haber un grado máximo de estas, que será la causa de los grados menores, como el fuego que es el máximo calor, es la causa de todas las cosas calientes. La causa del ser, de la bondad etc. debe ser Dios.

La quinta vía se refiere al gobierno de las cosas. Las cosas naturales, sin inteligencia, están aún así dirigidas a un fin: esto no sería posible si no estuvieran gobernadas por un ser dotado de inteligencia como la flecha no puede dirigirse hacia el blanco sino porque alguien dispara. Hay un ser inteligente que ordena todas las cosas a un fin: y este ser es Dios.

Esas son pues a grandes rasgos las cinco demostraciones, pruebas, o vías para la existencia de Dios que presenta el Aquinense, es evidente que dichos argumentos son a posteriori, es decir, que es necesaria cierta experimentación con el mundo y con las cosas para poder aceptar tales argumentos. No entraré aquí a la discusión sobre los aspectos empiristas de los argumentos de Tomás, quisiera mostrar únicamente tal y como están formuladas en la Suma, aunque siempre surge la pregunta ¿es únicamente por medio de la experiencia como se puede conocer a Dios? Entraríamos el tema de la revelación cristiana. Por otro lado ¿hasta qué punto podemos considerar que los argumentos de Santo Tomás son empiristas?



NOTAS:

[1] Copleston, Fredichk. El Pensamiento de Santo Tomás F. C .E. México 1976

[2] Datos biográficos tomados de la página de Internet WWW.city.europeonline.com

[3] Ibídem

[4] Ibídem

[5] Copleston, Fredrick Op. Cit. Pág. 120

[6] Santo Tomás citado por Copleston Op. Cit. Pág. 121

[7] San Anselmo de Carterbury, Poslogium,

[8] Esto lo menciona Copleston en el libro El pensamiento de Santo Tomás F. C. E. México 1976. Lo notamos además en el siguiente fragmento de la Suma Theologica: Se llama evidente lo que se comprende con sólo conocer sus términos, cualidad que el filósofo atribuye a los primeros principios de demostración; y así, sabido lo que es todo y lo que es parte, en el acto se comprende que el todo es mayor que cualquiera de sus partes. Pues sabido lo que significa este mayor de lo cual nada se puede concebir, y más grande será lo que existe en el entendimiento y en realidad que lo que sólo existe en el entendimiento (Santo Tomás, Suma Theologica, primera parte, Cuest 2, art, 1 BAC. Madrid)

[9] Santo Tomás. Suma Theologica ABC Madrid tomada de WWW.-city.europeonline.com

[10] Ibidem

[11] Ibidem

[12] Aristóteles. Metafísica, Ed. Porrúa “sepan cuantos” México 1979.- libro duodécimo (L) Cap. 7 Pág. 208

[13] Ibidem

2 comentarios:

Isa dijo...

Hola! gracias por pasar por mi blog. Aprecio mucho tu comentario y me parece muy interesante tus reflexiones ,además tienes buen ojo y expersión para el arte. :)te seguiré leyendo.

Isa dijo...
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