noviembre 20, 2007

DELIRIO NÚMERO 4887

DELIRIO NÚMERO 4887
Oliver E. López

No les interesa el arte, sino la faramalla en la que han convertido su exhibición, el arte se confunde con el show, y el show una forma de mostrar algo con el fin último del espectáculo, más aún, de raiting, diplomitas, ascensos, fama; además, se usa para mostrarse quienes merodean el arte sin sabérsele acercar. ¡Parásitos del arte, idólatras de la cultura!, sí. Los galeristas, los institutos culturales y demás hiervas que viven a expensas del arte, de exhibirlo, de venderlo y hacer el ritual del show: presentaciones, congresos, cursos, talleres, todo con el único fin de descoporeizar el arte, de descualificarlo y convertirlo en objeto de consumo, en objeto de tiendas Malt. Por otra pate, el ritual del show es un bálsamo para el pueblo, artistas, o mas bien dicho pseudoartistas contentos, igual a pueblo contento, y pueblo contento igual a buen gobierno. Mentira. Los institutos culturales no hacen más que administrar un arte aceptado por las formas criticas del consumo, publicaciones, becas, actividades y demás, qué maravilla. Sin embargo no deja de existir aquél otro arte que dice No, aquél arte que está del otro lado del dinero, de la institución.

Es necesario hacer notar que no se trata de la contracultura, por favor no se piense eso, la contracultura identificada con el arte fue un mal chiste que duró mucho tiempo, la contracultura puede ser el terrorismo y el arte no es terrorismo, que provoque terror es otra cosa diferente, pero hasta ahora no se ha hecho arte desde aquellas formas contra las que se manifiesta el mismo: el genocidio, la barbarie cientista, la guerra, el dominio totalitario, etc.

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